la idea fue volar toda la tarde. Escapar de las ataduras más densas, y de los pensamientos más viscozos.
Entrenamiento en el templo de la fuente de colores. Vórtice sin par, que sobre si mismo, sus giros y circunvoluciones, nos muestra y nos insita a tomarlo. Ser poseídos por su embriagante e hipnótico ensoñar, su calidoscópico sumo de verdades.
Es cierto que uno no vuelve a ser el mismo.
Un check in para dejar constancia de quién va, pero nunca un check out para ver quién vuelve. Nada es lo mismo, todo cambia, todo fluye... Las olas se surfean, días en la hoya y días en la cresta.
Así, las frutas caen de maduras. Las complicaciones se superan con facilidad y no hay moza que perturbe la paz eterea de las fuerzas naturales, cuando estas jugando entre si como niños, nos dicen "ven y mirad el eterno resplandor de dios. Bienaventurado, tu que diriges siempre tu pensamiento hacia mi".
Es frenando el tiempo. Cancelamos el devenir obsesivo y todos sus promiscuosas muestras de la heredada e impia mente humana.
Detenido, y ya hecha la diligencia cognitiva-conductual, -mente aquietada y cuerpo cómodamente meditativo- cuyos menesteres no traeré hoy a colación, se nos es dado por loable pararse sobre nuestras propias huellas y sentir que sube, que corriente nos viene a buscar cuando desandamos nuestros pasos.
El alma nos alcanza por detrás, ahora son sus ojos los que nos da la visión.
Sin dudas, eso demanda de gran coraje. Un terrible dolor de despertar el si mismo, que se supera con la práctica y las intenciones correctas.
Parar, cambiar, meditar, ver y contemplar lo eterno. El eterno presente, esculpido de magma de "aquí y ahora". Seres inmortales que son conscientes de su inmortalidad en estados alterados de consciencia.
Después que la marea se tranquiliza, y las maravillas no son tan expuestas como tales, uno recae sobre si mismo nuevamente, acuden más pensamientos egoístas y las reflexiones no son cromáticamente explosivos.
Si bien son más sanas y puras que antes de emprender el viaje. Acá, como para cualquier marco de conocimiento filosófico, lo difícil, más allá de lograr, conocer y aprender a manejar un estado superior de consciencia, es: MANTENERLO.
Es gracioso, siempre pasa lo mismo. uno vuelve sobre sus pasos, pero en realidad no son suyos, eran suyos, porque cuando volvés al pasado no sos el mismo que eras antes de emprender el viaje. Esto no es sabiduría, éstas lineas son perdida de tiempo, todo el mundo lo sabe. ¿Pero cuántos se hacen cargo?
Automaticamente el ser cambia de esencia, a cada segundo de terrible e incierta muerte en vida, se nos consume la llama. Oh de quien no participa en la ofrenda, para mantener la llama viva.
Me dirás que la esencia es eso que hace que una cosa sea una cosa y no otra, pero la verdad que esas cosas ya no van para los tiempos que corren o para quienes siempre estuvieron en el camino del autoconocimiento y de autosuperación. Uno cambia, porque todo fluye, y el agua que bebo hoy de este vaso, nunca más volverá a ser tomada por mi!
¿Cuánto hay de propiedad sobre esa realeza alzada en estandartges y guirlaldas?¿Cuándo somos y cuándo dejamos de ser dueños de nuestras vidas?¿Estar vivo resulta ser sinónimo de una potestad para tal?
Mucho esclavo contento de su pusilánime condición, muchos esclavos sin protestar y sin pensar que la condición que los mata, segundo a segundo, es la condición primera de la vida, la más fácil de cambiar. Es entre humanos y para humanos. No se porqué la fuerza merba. No entiendo porque sus brazos caen y sus lenguas frías, solo insulta a su compadre.
Es un mundo de ciegos. Regalo anteojos, pero te los rompen o se rompen ellos.
Cuelga exhuberante, y lleno de petulancia éste sistema que beneficia solo a un puñadito.
Así, entre estas rumias cognitivas, empezamos viajando.
Los motores se encienden, la mente eleva ancla y el cuerpo es cada vez más liviano.
Despegamos otra vez. El sol,las nubes, los árboles, el ganado, el perro, las plantas, el viento y el cielo, la tierra y el fuego. Que hermosa que es la vida.
De ahí en adelante, es solo para el iniciado en los misterios, quien pueda comprender y entender que todo es dado, porque todo ya fue pedido al gran uno.
Y qué más da, si sabemos que a partir de ahí, todo se nos dará por añadidura.
