09 diciembre, 2013

Sentir.

             Cuando venía fumando Cannabis de vuelta del trabajo a donde vivo, me puse a pensar en unos perros que me saludaban sonrientes durante el camino. De esos que te acompañan desinteresadamente, lo primero que me produce en esas situaciones es entregar mi afecto de la manera más natural del momento. Sentíamos el aroma a la brisa que se escurría entre las hojas de muchos árboles, hoy es un día soleado, con un viento muy fuerte, de ímpetu y muy agradable. Definitivamente ya no tengo estación favorita aparte del instante. Es rico sintonizar con distintos cambios del año durante tantos años ya para mí, más que nada por los momentos. Los perros estaban claros de eso, no había ni que mencionárnoslo. Me puse a pensar lo bello que nos sucede eso con otros humanos cuando tomamos algún tipo de aliado psicodélico y me vino un flash tán bello como natural, incluso ahora mísmo lo tengo y no se cómo sigo escribiendo! Son muchos momentos que se transmiten instantáneamente en el sentir de todas las entidades sintonizando, es la telepatía hermosa sin ego de la que tanto me gusta alardear cuando se reactiva éste. Y me ponía a pensar en el disfrutar al máximo que pueda de todos los momentos presentes, una tarea la cual a todos nos cuesta. Decía dentro mío de todas las sensaciones que viven el pre y el inconciente, son tán afinadas, tán extensas de digerir, tan hermosas y perfectas como olvidables de vez en cuando. Pero que al volver al conciente uno olvida que está realmente sintiendo todo eso sin saberlo. El Sol irradiaba al todo con su calor refractado en distintas superficies, artificiales como naturales, era una calidez parecida a la que siento cuando escucho "Going to California" de Led Zeppelin. Me decía cada vez que aterrizaba lo difícil que es vivir la cotidianidad densa en ese estado, queriendo trascender de esta experiencia y buscando, urgando en cada recoveco que alcanzas a ver,  que la gente te atacaría constantemente, muchas entidades te la querrían jugar contigo si eres más perceptivo del sentir. Y al final luego de muchos intentos apagué lo que no sirve por un momento y la voz interna del pecho me dijo: "Y cómo los perros, los animales y todo lo que ves lo hace?". Sentí: "Qué belleza más inmensa y sutil!". Los animales son bastante menos cobardes que la mayoría de nosotros, y; en efecto, me dí cuenta que estaba mirando dentro del ojo de un zorzal que estaba enfrente de mi camino, de lado observando como ser sintiente lo que en su viaje yo le transmitía. Y la cantidad de viajes que hay por doquier, rodeándose, danzándo, cortejándose, jugando, Sintiendo! Fue un momento hermoso que me enseño el universo y más explicado para mí, a través de los animales y las plantas. Los perros se habían ido discretamente, pero con su gesto de permiso lleno de respeto al todo. Inmediatamente recorde que incluso en muchas lecturas sobre espiritualidad y búsqueda, incluso se les trate de una manera tán bestial, inferior, casi como un lobo estepario que todos quisimos esconder. Entiendo que el Universo es muy ordenado para nuestras capacidades humanas y animales, pero no estuvo de más sentir esa grandeza de los seres sintientes que nos rodean el día y la noche.

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